Un sistema es una entidad formada por partes que están interrelacionadas y que se mantienen como un todo por la interacción de sus partes. Las partes se relacionan entre si contribuyendo a un objetivo común. La finalidad principal es la supervivencia del sistema. Durante nuestra vida interactuamos en varios sistemas: la familia, la escuela, el trabajo, los amigos, la comunidad religiosa, el país…
Desde la mirada de la Terapia Sistémica / Psicogenealogía se tiene en cuenta al individuo como una parte de todos los sistemas donde interactúa. Somos el resultado de todas las experiencias que hemos vivido dentro de cada sistema. De todos, el que más nos afecta es el Sistema Familiar.
No se mira a la persona como un ser separado. Se la mira como una parte de su Sistema Familiar. Este nos condiciona la vida en cuanto a emociones, creencias, miedos, muertes, depresiones y enfermedades que vienen a nuestra vida a través de él. Nuestras lealtades invisibles hacia el sistema familiar no nos permiten vivir nuestra propia vida. Dentro de nuestro Sistema Familiar, la relación que más nos afecta es la que tenemos con nuestros padres. De niños tenemos unas necesidades que consideramos que no nos llenan suficientemente y nos encontramos a los 40 o 50 años todavía reclamándolas. ¿Qué hay en el pasado que te impide situarte en el presente para encarar el futuro?
Para poder trabajar el ámbito del Sistema Familiar se parte de realizar el genograma del cliente. Un genograma es un árbol genealógico que incluye un mínimo de cuatro generaciones: el cliente (+ parejas y hermanos), los padres, los abuelos y los bisabuelos. En el genograma se marcan cómo son y cómo han sido las relaciones entre los miembros del sistema. Se anota cualquier hecho destacado de la historia de la familia: enfermedades, accidentes, muertes, éxitos, fracasos, posición social y económica y cualquiera otro hecho remarcable. Aparecen patrones, pautas repetidas y lealtades. Sólo partiendo de este trabajo el cliente coge muchas comprensiones sobre su situación actual y se libera de culpabilidades. Pero no nos quedamos sólo aquí. Sólo a sabiendas del motivo de los problemas no hay bastante para solucionarlos. La Terapia Sistémica incluye trabajos de sanación del sistema familiar. A partir de reconocer, honrar todo lo que somos y pedir permisos al sistema, podemos transformar nuestros destinos condicionados y tomar nuestra vida con todo el poder y la fuerza del momento presente.